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“La profesión al servicio de la comunidad"

Cuando cumplí 18 años, comenzó mi viaje en la carrera de Derecho y con él, mi deseo de contribuir a la sociedad. Durante mi primer semestre de cursada en 2010, tuve la oportunidad de participar en una charla abierta en la Universidad. Recuerdo claramente un viernes donde me encontré con Belén Michel, en ese momento implementadora de la ONG "Un Techo para mi País", ella anunciaba que la organización estaba dando sus primeros pasos en Salta y buscaba voluntarios para unirse a esta noble causa, la superación de la pobreza en Latinoamérica.

Desde ese momento, comencé un recorrido que me llevó a conocer los asentamientos informales, “villas miserias”, hoy conocidos como barrios populares, compartiendo experiencias con sus familias y líderes comunitarios. Estos héroes cotidianos trabajan incansablemente, no solo para llevar el pan a sus hogares, sino también para mejorar su comunidad, "el barrio". Mi primera experiencia involucró la construcción de una vivienda de 7 x 3 metros para una abuela que cuidaba a sus 7 nietos, en un barrio que se alzaba sobre un basurero. La crudeza de la pobreza y la desigualdad se hizo palpable en cada experiencia de trabajo comunitario, y la mejor respuesta fue la acción a través de la construcción de viviendas y proyectos de mejoramiento del hábitat.

Con el tiempo, la ONG cambió su nombre a TECHO. Construimos más de 15,000 viviendas en Argentina y realizamos un relevamiento exhaustivo de los asentamientos en el país para comprender la magnitud del problema. Este relevamiento en 2015 fue reconocido por el Estado y se convirtió en la Ley Nacional de Integración Social y Urbana, que destinó fondos para proyectos de infraestructura social en la urbanización de los barrios populares.  Con esta experiencia descubrí en la abogacía y la sociedad civil organizada las herramientas para transformar el sufrimiento y la tristeza provocados por la injusta desigualdad en acción social y política en favor del bien común.

Hoy, 13 años después, me enfrento a un nuevo desafío: la implementación de una nueva organización social, Fundación Cóndor. Este proyecto, tiene como objetivo apoyar y fortalecer a las comunidades andinas de Salta para lograr un desarrollo verdaderamente sostenible. Esto cobra especial relevancia en un contexto global en el que nuestra provincia, parte del “triángulo del litio”, adquiere especial protagonismo, debido a la necesaria transición energética y los minerales críticos s presentes en nuestra región para tal objetivo. Con el aprendizaje del trabajo comunitario, y los logros obtenidos en el primer año de trabajo, me siento profundamente orgulloso del equipo interdisciplinario de estudiantes y profesionales que hemos logrado involucrar. Actualmente, estamos llevando adelante proyectos con un alto impacto social, económico y ambiental al servicio de las comunidades de la Puna Salteña.

Este enorme desafío nos brinda valiosas nuevas experiencias. Siempre con la conciencia y la convicción de que nuestras profesiones son una herramienta para construir un mundo más justo, sostenible y mejor para todos.

David Villarroel, Abogado


Información de Contacto:

Comunicación Fundación Cóndor





 

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